A modo de intrusa en los formatos precocinados dejo el modelo que viene de plantilla donde encajar tu currículum vitae y que de alguna forma es marca, diseño e imagen clara de lo que se entiende por currículum. 
 
Por ello quisiera destacar lo que parece ser más importante, más allá de una presentación clara y ordenada y un fondo blanco, básicos para la lectura que, como normal, no se puede sino dejar de advertir como acertadamente neutro.
 
En primer lugar los datos personales. En segundo lugar la información del profesional, el objetivo profesional o esas líneas que nos piden, tres o cuatro, cuya coherencia y síntesis debe ser mágica y exactamente aquella que buscan. 
 
Pero no vamos a empezar a mentir tan pronto, ¿qué vemos primero?
La foto.
Sí.
La foto.  Es la foto una de las principales cosas que ahora dicen no añadir o por el contrario exigen, según marque el viento y la disposición de los planetas. 
En un mundo visual, dudan de la foto. Aquí no.
Aquí queda claro, cristalino.
 
Lo primero es la foto. 
Y más allá de moralidades o no, se quiere foto y se mira. Y se prejuzg. Y la imagen es.

 
Sigamos: objetivo profesional, sinceridad, palabras claves. 
Experiencia de trabajo: posición laboral. 
 
Haber estudiado dos carreras: destaca primero en qué universidad, luego qué estudios y finalmente en las fechas que se ha realizado,  se entiende que habrá algo más o menos de información.
Al margen los lenguajes, informática, programación.
No dejamos de tener claro que se trata de un modelo de otro lugar, inventando en los datos prehechos San Francisco, dándose ya  muchas cosas por sentado, aunque eso sí, hasta los párrafos se tienen que presentar ante ti.
Sin más dilación.
La foto grande, la chica rubia, guapa, elegante y delicada.
Currículo modelo.
Currículo ganador.
Ahora sin mentirse, seguimos.